sábado, 25 de diciembre de 2010

¿Feliz? Navidad

Veinticinco de diciembre en Palestina. Sangre y armas esparcidas por todos los lados.

Un gato negro, recién llegado en una embarcación desde el Mediterráneo, confesó jamás haber visto tanta desdicha en las cinco vidas que llevaba a cuestas.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Fantasías contextuales de hoy y mañana

Ardía. Sentía el calor que se le metía por las ropas. Sudaba. La lengua seca. La aspereza en el paladar. Vio salir el fuego debajo de la silla, se escapaba del calor...

jueves, 16 de diciembre de 2010

Desde los satélites


Era martes, pero hacía calor y el sol brillaba como nunca. De ser miércoles estaría bien. Mas era martes. Algo andaba mal. Tal vez era una apreciación mía, equivocada, errónea, pero insisto: algo raro percibía en el ambiente.
Sudaba como nunca en mi vida (salvo aquel día en el que tuve una fiebre que volaba). Llevaba puesto una camisa manga larga, suéter y piloto, además de un paraguas colgado de un brazo y un portafolios del otro. Sonaba mi celular. No llegué a atender porque se me cayó mientras cruzaba la calle y lo pisó un colectivo. Casi corro el mismo destino que el teléfono. El colectivero me tocó bocina, pero no frenó. Una vieja se reía y le contaba lo que me había pasado a un tipo que se lo perdió.
Juré que ésta era la última vez que me engañaba el del pronóstico. Esa misma noche rompería todos los radares y las antenas del servicio meteorológico.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Solitario ¿final? *

Pensó en todo lo vivido para llegar hasta ese lugar. En su esposo y sus dos hijos. En como murieron. Maldijo a su perra suerte. Respiró hondo. Agarró el arma, chequeo que este cargada y se dio fuerza. Rezó, si, justo ella rezó, pero quizás Dios ya no estaba escuchando. Se había cansado de los humanos.
Corrió hacia la puerta. Los sonidos que provenían desde la otra sala eran terroríficos.
Un escalofrió recorrió su cuerpo, pero no se detuvo. Empujó la puerta con una salvaje patada y tuvo un instante para observar lo increíble de la escena. Se convenció como lo hacía hace tres semanas de que eso era real y no una extraña pesadilla. Arremetió con furia contra la horda de zombies que solo querían devorarla.

*El autor quiere hacer la salvedad de que se está obsesionando con el tópico zombies, que sepan disculparlo.

Luces

Aquellos vapores del pantano eran insoportables.
Todavía recuerdo el día que me llevaron allí. Éramos cuatro en un pequeño bote carcomido por el herrumbre.
Varias hileras de ojos se encendían y apagaban en la espesura de la noche.
¿Quiénes son?, parecía preguntarse Jerez, según juzgué en su rostro apesadumbrado.
Robles y Villagra fumaban en silencio.
En lo que respecta a mí, me perdí en aquellas reflexiones hasta que salimos de la ciénaga.
Así como se fue disipando la densa niebla, cediéndole paso al aire puro, se fueron marchando nuestros temores, pero de algo estoy seguro: ninguno olvidó aquella noche. Cada vez que los encuentro en el bar puedo ver en sus ojos aquellas miradas clickeantes, temerarias, indescifrables, como moscas agigantadas por poderosos pesticidas.

martes, 30 de noviembre de 2010

Costumbres urbanas

Sonó el timbre. No había nadie.

A la vuelta de la esquina, tres niños agitados riendo.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Traición (*)

El ambiente estaba espeso. La luz tenue, tamizada por el humo, hacía el aire casi irrespirable. Recostado sobre la silla, en el último lugar, recibió a la primera. La ojeó con desden. Al llegar la segunda se entusiasmó. Al cabo de una más creyó que todo se encaminaba según los planes. Alguien gritó algo. Otro se puso de pie, como quien se prepara para un duelo, con las piernas arqueadas y agachándose hacia abajo. Las arrojó con el vértigo de la situación, pero con aires de autoridad. El que estaba a su lado, con los ojos brillosos, sutil, pendenciero, respondió: “33 de mano, son mejores”.

(*) Escrito sin conocer la existencia del breve cuento "Escolazo)

lunes, 22 de noviembre de 2010

Educación General Básica


En el medio del bosque, el maestro les enseñaba a los pequeñuelos que lo miraban desde más abajo:

-...Lo que nos diferencia del resto es la capacidad que tenemos de razonar. Pero los eucaliptos somos árboles también, como todos los demás.

martes, 9 de noviembre de 2010

Escolazo


Cuentan los parroquianos que en la Tierra del fuego hubo un hombre que visitaba a Darwin a menudo, llegando a entablar con él una confidente amistad.
Entre copas y naipes en reuniones selectas de hombres de ciencia, él siempre arrojaba la misma frase:

“Del mono al ictiosaurio”

Parece ser que, como en una logia secreta, ellos tenían sus códigos. Él utilizaba la frase mencionada para que Darwin cantara el envido.

Concurso de minificciones. Están todos invitados a participar. Próximamente más novedades...

Karma

Le encomendaron cuidar los nidos de las aves. Se sintió rey sobre cualquier placero ordinario.
Cada vez que veo un pequeño huevo roto en el suelo lo recuerdo, y puedo deducir que era humano: o bien falleció o le urge ir al baño.

martes, 2 de noviembre de 2010

Humorada: "Formalismos informales"

- Así parece, profesor - musitó un estudiante del primer año.
Se hizo un profundo silencio.
Ante la atónita mirada de los allí presentes, el profesor Blake dio unos cuantos pasos furtivos a lo largo del aula magna de la Universidad de Princeton, Nueva Jersey.
Se le notaba perplejo, compungido, aparcado, untado, enmantecado y enharinado.
De golpe y zopetón, su rostro se iluminó, y comenzó a bailar la "lambada", desnudándose, poniéndose lentamente en pelotas, cantando:
"Come on Rachel /Come with the guys/Come on Rachel, you'll have fun"*
Tomó su miembro con ambas manos y se lo enseñó al auditorio.
Se lo veía felíz.
A continuación, saltó por la ventana y se fue a Nicaragua.


* "Vení Raquel/vení con los muchachos/vení Raquel, te vas a divertir" proverbio escandinavo.

martes, 26 de octubre de 2010

El niño sueña, goza, recibe la paliza

Soñaba. Soñaba y en el sueño sonreía. Pero sonreía sarcásticamente. Como quién se ríe de un acto que no permitiese la sonrisa. Como escondiéndose en el sueño a que lo vean. Si estuviera despierto, seguramente se taparía con las sábanas para no ser visto. En el sueño, corría. En la carrera se desprendía de su remera. se quitaba los zapatos de manera dificultosa. Saltando sobre un pie iba quitándose una media, para luego cambiar de pierna y proseguir con el otro calcetín. Y la carrera continuaba. Cuando parecía que llegaba a su destino, se sacaba su pantalón. Ya casi mojándose los pies con la espuma tomó sus calzones y los tiró hacia abajo. Desnudo sintió el frío tocándole las bolas. Y sonreía. Se despertó meado.

martes, 19 de octubre de 2010

Encuentro cultural.

¿Es el conflicto una condición sine qua non de la existencia humana?

¿Somos almas que transitamos momentos?

¿O es nuestro ser producto del devenir de una manipulación maquiavélica?

¿Que somos? ¿Tiburones? ¿O cangrejos de río? ¿O quizás plancton?...

Las respuestas a estos misterios metafísicos y mucho mas podes encontrarlas en el ciclo de conferencias "De cuando el Teto creo a Perón" todos los viernes a las 03:50 en el Parque Castelli. Invitado especial: Chuck Norris.

Nota del redactor: este cuelgue astral fue subido al blog a pedido de seres del multiverso...

Amarás las cosas sobre todas las cosas. Materialismo

Martín tenía un vecino con el que se juntaba a jugar todas las tardes en la vereda de su hogar a pesar de no disfrutar del todo su compañía. Incluso lo detestaba la mayoría de las veces. Pero debía tolerarlo si no quería pasarla en casa junto a sus hermanos mayores que se divertían gastándole broma tras broma. Además, allí dentro, no contaban con nada que pudiera entretenerle, ni siquiera con la presencia de un televisor.
Sin embargo, Tomás, su vecino, cuya casa quedaba doblando la esquina sin necesidad de cruzar la calle, (cosa que no le dejaban hacer solo, por no haber cumplido los 5 años aún) todas las semanas tenía un juguete nuevo. Todos eran espectaculares e, increíblemente, el reciente superaba con creces al que lo había precedido días atras. Motivo suficiente como para querer compartir algún tiempo con él. Tomás, de 7 años, no lo consideraba a Martín como su amigo, pero le gustaba alardear de sus posesiones. Así que encontraba en él a la persona adecuada.
De vez en cuando el pequeñín le pedía a sus padres que le comprasen alguno de los juguetes que tenía su vecino. La respuesta siempre era la siguiente:
-¡Esos juegos son carísimos! ¿Qué te pensás? ¿Que tenemos un montón de plata? ¿Como tu amiguito? -Respuesta que irritaba en demasía al niño.
Un día (no recuerdo si para el día del niño o para su cumpleaños) recibió de sus padres como regalo un autito a control remoto. Jamás el niño había sido tan feliz hasta ese momento. Decidió llevarlo al jardín para compartirlo con su mejor amigo Felipe. En el tiempo de descanso en el patio estuvieron jugando un rato largo. De repente se encontraron en una disputa porque ambos lo querían usar al mismo tiempo. Tironearon. Uno del auto y el otro del control. Como consecuencia de ello, ambos cayeron de espaldas al piso por la rotura del cable que unía el autito con el control.
Martín fue invadido por un ataque de ira y comenzó a golpear a su amigo. Felipe corrió a la salita; tropezó y cayó al suelo. Martín, que iba detrás, observó que alguien había dejado olvidada una tijera arriba de una de las mesitas, la tomó y aprovechó que su amigo estaba en el suelo para clavarle 16 puñaladas en la espalda.
Cuando llegó la maestra, Martín se encontraba llorando al lado del cuerpo ensangrentado de Felipe.

lunes, 18 de octubre de 2010

Crítica a una obra de cine

"Verano Bizarro" (o Psycho beach party, año 2000)

"La pampa tiene el ombú, el verano deja la piel roja
 el campo tiene la soja".
Quizá estas coplas berretas, estimado lector, movilicen mas a la audiencia que el paupérrimo, inescrutable y vomitivo film sobre el cual me han encomendado escribir esta crítica.
Si tuviera que buscarlo en un video-club estaría perdido, ya que en "comedias" no debería estar, tampoco en "acción" o "terror" (incluso el rótulo "bizarro" le queda holgado como un vestido de María Marta Serra Lima a Luis Majul)
En realidad este film debiera de estar en el depósito, junto a la escoba, los caños y la llave térmica del local. O de posapava, quizá representara algún grado de utilidad.
La nota distintiva, según mi parecer, es que uno de los protagonistas secundarios se hace llamar "Provolonny", un sujeto gay constipado que al asumir su sexualidad finalmente logra evacuar.
"Evacuar la sala" será una aseveración oportuna como sentencia de la película, de la cual no pretendo, ni me interesa, brindar más detalles. No la mire.

                                                                          Osvaldo Goncálvez, crítico de cine y dermatólogo,en exclusiva para lallaveconolor

Crónicas urbanas: "Ojos"

Este relato nada de extraordinario tiene.
Hace unos días yo estaba fumando un  cigarrillo en avenida 7. Vestía una remera del grupo punk "Descendents", y una campera verde abierta casi hasta el ombligo.
En la vorágine matinal, entre gentes de saco y corbata, portafolios, flores y diarios, un muchacho clava su vista en mí, justo en mi pecho.
Él tenía puesta la casaca de Gimnasia y Esgrima de La Plata. De golpe sus ojos se cargaron de una creciente furia.
Luego de varios minutos, como es común en , comprendí.
La campera que yo tenía puesta dejaba ver algunas letras:
"DESCEN" en color rojo, de yapa.
Supongo que éste muchacho, de corazón tripero, en un arrebato irracional de pasión futbolera creyó que yo era un "pincharrata" y que mi remera sentenciaba "Descenso"

lunes, 11 de octubre de 2010

Cuidado bebé suelto...

Lucas era el bebé más hermoso que todo el pueblo había conocido en su larga historia de cosas bellas, cosas que abundaban por esos lugares. Se comentaba que la expresión de su rostro enternecía hasta a una piedra, incluso al viejo Luis, hombre parco para sus emociones si los hay.

Su madre, Federica, se paseaba orgullosa con su recién nacido por el centro para que todas las chusmas le envidiasen tamaña belleza de niño. Lo vestía siempre con un conjuntito distinto para que se luzca de la mejor manera y todo el mundo pudiera apreciar lo hermoso que era.

En el pueblo de Azelleb todo era paz, calma y perfección. No había nada por el que preocuparse. Todos los habitantes contribuían al progreso de su vecino. No existían disputas de ningún tipo, es más, la última vez que se recuerda una discusión fue acerca de que canto de pájaro era más bonito, si el del ruiseñor o el del jilguero.

Cuando Lucas cumplió un año empezó a caminar y como todo pequeñín lo hacía a los tumbos, cayéndose y levantándose para volverse a caer. Obviamente tocaba todo lo que tenía a su alcance. Una noche mientras Federica ordenaba unas cosas en la cocina, el teléfono del dormitorio sonó. Presurosa para atender, dejó al bebé solo en la cocina sentado en su sillita.

Cuando regresó lo primero que notó era que la heladera estaba semiabierta y un hilo de sangre creaba un camino desde allí hasta debajo de la mesa. Allí encontró a Lucas con la boca manchada en sangre. Asustada corrió a socorrerlo. Lo alzó en brazos y lo llevo hasta la pileta para limpiarle la boca. Una vez que se calmó, se prometió a si misma que nunca abandonaría al pequeño ni un segundo.

Al rato llegó a la casa Diego, su marido. Conversaron amenamente durante un rato mientras Lucas jugaba sobre una frazada. A Federica se le ocurrió cocinar algo de carne al horno. Se acerco hasta la heladera y cuando la abrió no pudo encontrar lo que buscaba. Se sorprendió porque estaba segura de haber ido a la carnicería y de haber traído la carne.

En ese momento escucho unos mínimos pasitos que se acercaban por detrás. Un frio sudor le corrió por la frente. Cuando se dio vuelta Lucas le saltó al cuello para hincarle los dientes con desmedida violencia. Cuando Diego escuchó los gritos ya era tarde. Corrió hacia la cocina y la escena era tétrica. Federica yacía ya sin vida con una profunda mordida alrededor del cuello. Básicamente le faltaba un pedazo. Lucas ya no estaba. Había huido, con la panza llena y su deseo de carne cruda satisfecho, por el momento…

Despertar del letargo

Nunca fue muy feliz. Su existencia siempre osciló entre la decepción y la mediocridad. Pese a esto todos le auguraron un gran futuro. Cuando era pequeño decían que era inteligente, que le sobraba para poder asegurarse un gran futuro, para abrirse camino en el competitivo mundo del trabajo.

Él los escuchaba y no entendía muy bien lo que querían decir, pero con paciencia oriental esperaba su momento. Cuando creció decepcionó a todos. Nunca fue el genio de las computadoras que todos creían que iba a ser. Tampoco un gran periodista deportivo. El solo fue lo que quiso ser.

De grande reflexionó sobre su ser y su vida. Entendió que siempre fue feliz. Porque la linealidad de su vida, el tono grisáceo que los demás creían ver en su existencia de hoy desaparecía una vez que la pelota se ponía a rodar.

Así es, algo tan mundano y vulgar como el futbol es la fuente de su alegría. Toda la semana era una excusa para que llegue el fin de semana, momento en el que el balón se hace su amigo y él se siente protagonista de algo inmenso. Una experiencia sensorial única.

Jugar al futbol, compartir una cancha con otros 10 tipos que quieren lo mismo que el, trabajar en equipo, generar un vínculo ideal con otro ser humano. Eso es lo que quiere, jugar y olvidar lo mediocre que puede ser la vida humana.

jueves, 7 de octubre de 2010

Pequeños cambios

Un martes por la noche, mientras cenaba con mi mujer, se cortó la luz en todo el barrio. Rápidamente fui, a tientas, en busca de las velas para poder terminar de comer porque no se veía nada. No las encontré. Me dijo Raquel que no debería haber, que fuera a comprar. A lo que respodí que ya era tarde y que seguramente estarían todos los comercios cerrados.
De todos modos salí a la calle. No alcanzaba a ver más que sombras, algunas más oscuras que otras. Únicamente se iluminaba el lugar con el paso de los autos, pero donde vivíamos era una zona poco transitada. Cuando llegué al kiosco más cercano comprobé que estaba cerrado. Caminé un par de cuadras más hasta el otro negocio que había cerca de casa. Lo mismo. Mientras volvía, una sensación extraña recorrió mi cuerpo, pero no le di importancia.
Cuando llegué a casa le dije a Raquel que no estaba abierto ni lo de Tito, ni lo de Marce, también le comenté lo que me había costado caminar en semejante oscuridad. Estuvimos charlando un rato de lo aburrida que era la vida sin electricidad mientras terminábamos nuestros platos como podíamos, hasta que se hizo la luz.
Enorme fue mi sorpresa cuando vi que la mujer con la que estaba a la mesa no era Raquel. Ella también se asustó cuando me vio, pero parecía tomarlo con más naturalidad.
-¿Quién sos? -Le pregunté- ¿Y que hacés en mi casa?
-Soy yo. Raquel; Saúl. Raquel. Tranquilo. -Me respondió.
Salí a toda velocidad a mirarme en el espejo del baño y descubrí que mi rostro ya no era el mismo. Tampoco mi cuerpo. Estuve un tiempo encerrado, acostumbrádome a mí mismo y me dirigí a la habitación. Ella ya estaba acostada. La observé un poco. Con cuidado de no despertarla me acosté a su lado. Y mientras cerraba los ojos para dormirme, en lo único que pensaba era en el enorme deseo que tenía de que ésta fuera la última vez que me ocurría lo mismo.

La Plata, jueves 16 de abril.

Hace calor mientras lo espero. El chavón va a venir. Lo sé. Todos los días a esta hora. Es fija. Entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde, aparece. Sube al tren sin pagar boleto. Entra así nomás, ya fue. Si lo se las rebusca para colarse de algún modo. Y lo logra. Vive a doce cuadras de la estación desde que nació. Conoce la zona y el oficio como las canciones de la cancha.
Ahí está. Pantalón ancho, deportivo, azul con dos franjas blancas a los lados, dentro de las cuales se albergan varios pumas (o algún otro felino) de color negro; zapatillas muy blancas, como de cuero; y una gorra negra con unas llamas anaranjadas que le otorgan una pinta de chorro increíble. Para peor, es chorro nomás. Salta al tren cuando el coche frena en Berasategui. Recorre los vagones buscando su presa. Una vez que la detecta, como esa piba con el pecho amplio y reluciente, toma distancia de ella, esperando no llamar la atención. Se sienta para dar aspecto de que va a seguir viaje, pero una vez que el tren arranca y toma alguna velocidad, se levanta agazapado y camina hacia su víctima, le lanza las garras al pasar a su lado, le arrebata el trofeo de guerra, corre hacia la puerta más cercana y se tira, rueda, a veces se golpea, pero nunca es de gravedad, igualito que en Animal Planet. Se levanta, se limpia un poco, adquiere dignidad y sale caminando, mirando apenas hacia ambos lados, simulando algún interés porque no lo vean. En realidad, no le importa un carajo. Al otro día hará lo mismo. Y al otro. En el mismo lugar y a la misma hora. Una estrategia más bien insensata. Pero a él no le importa un carajo. Alguna vez se golpeó un poco, alguna vez lo corrieron, alguna vez visitó la comisaría, alguna vez le pegaron de lo lindo en una seccional, alguna vez hasta le pegaron a su hermanito, delante de mí, sabés lo que es eso, loco, pero por lo demás, no ha tenido mayores inconvenientes. Una vez una cartera le deparó más de seiscientos pesos. Otra vez una cadena de oro le facilitó cuatrocientos morlacos. Le compró una pelota al hermanito, sacó a bailar a la novia, le regaló tres cidís, loco, a la vieja, esa vuelta. Re copado, me cuenta:
-A veces hago monedas. Hoy, fijáte lo que hice. Esta cadena es fantasía pura. La vendo en el barrio, en una villa. Pero más de un peso no hago. Eso es lo que hago, muchas fantasías. Llevo esto al baile, a veces. Y ahí le regalo a una minita que me gusta. Total... A mí no me cuesta nada hacer ésto. Hago todos los días cadenitas como ésta.
Qué significado le dará a la palabra hacer la minita que va en el tren a La Plata, con los arañazos en el pecho y la respiración ahogada y profunda como una hiena hambrienta, pienso mientras desgrabo la entrevista.

Azar a la raza

Toda raza atenta contra sí. No lo sabe, pero lo hace. Conciencia de ello puede adquirir el humano, pero no le conviene, por eso pretende que las razones del presente se hallen en el pasado y nunca en el futuro. Pretende que un tiempo que ya no está, pero estuvo, incida en el presente, único tiempo real. Pretende también, no obstante, que un tiempo que aún no está, pero es inevitable, no tenga incidencia alguna en la vida. La arbitrariedad, en definitiva, sigue definiendo lo que se consideran designios objetivos, divinos. (El hijo de Dios fue un hombre, nunca una planta, qué joder.) Así las cosas por ahora, pero no se sabe hasta cuándo.

viernes, 1 de octubre de 2010

Ojos anhelantes



Había unos cuantos hombres tendidos allí, bajo la lluvia, marginados.
López los miraba, temeroso y seco, sentado bajo un toldo improvisado.
- Pájaros -
Nunca fue fácil trabajar en la mina, algunos se cansaban y emprendían vuelo errante por las pampas.
- Cielo -
Cesó la lluvia, los blancos llegaron y les propinaron terrible paliza.
- Respeto -
Ésas imágenes quedaron grabadas en su cabeza durante meses. Sus ojos inyectados y su pálido rostro comunicaban su inmenso temor a correr la misma suerte.
- Albedrío -
Una intempestuosa tarde de Julio, improvisó un mono o bagayera, que confeccionó con dos bolsas de carbón. Partió a campo traviesa buscando eso que le faltaba y que, sin embargo, todo hombre potencialmente tenía.
Se llenó de historias y de poesía, y sin ser dueño de nada, todo poseyó.
Se redescubrió al margen de todo patrón y él fue su propia autoridad; ejerciendo su libre albedrío sembró campos y conciencias que al costado de las vías todavía recuerda el soñador que sale de la gran ciudad.

martes, 28 de septiembre de 2010

Henry I

La tarde se volvía noche, mientras el frío despedía a los últimos chispazos de luz.
En una habitación, Henry encendió el mechero con una cerilla, proyectando su sombra espectral contra la pared de la cabaña. Tenía un dejo de melancolía en sus ojos hacía unos cuantos meses; poco le importaba puesto que en el monte no había gentes ni espejos. Sólo el arroyo frugal y las ovejas; los impermeables álamos y la inmensidad de la noche.
El otoño entró sin golpear y acabó con él.

Humorada: "Danza"

Dorados los cabellos de Azucena
profundo su pesar
su novio la había dejado
bailaba y bailaba sin César

domingo, 26 de septiembre de 2010

Lapsodia (*)

En la indecisión de la tarde caminábamos por el costado del río. A lo lejos la reina vieja llevaba al príncipe niño tomado de la mano. Nos hablamos al oído buscando las respuestas a nuestras propias intrigas. Al pasar por nuestro lado, el rey ya anciano llevaba a la pequeña princesa, con sus sueños todavía puros.

(*) Basada en una historia real. Exagerar no es mentir.

viernes, 24 de septiembre de 2010

El fruto olvidado

Aquel árbol era capaz de dar las manzanas más exquisitas del mundo. Había nacido guacho, en la calle principal de un pequeño poblado. Así que casi todos los habitantes del lugar sabían de su existencia. Pero desconocían esa cualidad única que poseía.
Solamente algunos ancianos eran capaces de distinguir el período exacto de maduración del fruto. En cualquier otro momento que fuera arrancada del tallo, la manzana, sólo sería una más en el universo de las manzanas.
Aquellas personas de avanzada edad, conocedoras del secreto que guardaba dicho árbol, sentían la necesidad de comunicárselo a los demás. Puesto que para tener el placer de poder saborear ese fruto, único, era tomándolo uno mismo. Pero rara vez eran escuchados. Y quienes los escuchaban no conseguían aprender cuándo era el momento adecuado.
Ésta es la historia de aquel árbol, capaz de dar las manzanas más exquisitas del mundo, ignorado por las mayorías e incomprendido por aquellos deseosos de sus frutos.

Sobre como el hombre conoció la lealtad.

El otro día estaba caminando por la ciudad y vi una imagen que se repite en todas las ciudades de nuestro país. Un linyera con su perro. Nunca conocí una relación mas fiel que esa, creo que fue por eso que me acerque para cambiar dos palabras con el amigo. Mientras hablabamos, el perro siempre se mantenía fiel al lado de su compañero de ruta. Le pregunte el nombre y me dice "se llama pachorra y es mas bueno que el pan. ¿Queres escuchar una historia?" Intrigado asentí con la cabeza. A continuación se encuentra el relato que me regalo el buen hombre.

"Cuenta la leyenda que en el principio de los tiempos un hombre deambulaba por un bosque. Estaba desesperado, solo buscaba alimento y algún tipo de refugio natural, algo que lo protegiera ante la inclemencia del clima.

Lamentablemente una feroz tormenta eléctrica se desató sobre todo el bosque. Los truenos y los relámpagos se fundían en un espectáculo admirable pero también tenebroso. La lluvia no paraba, donde el hombre miraba un árbol se partía en dos y caía sin remedio al suelo.

Él corría. Trataba de esquivar las ramas que se desprendían con asombrosa facilidad del tronco de los arboles.
El bosque temblaba, las fieras que lo habitaban estaban en un estado máximo de alteración, no se avizoraba un final para tamaña tormenta. En un momento el hombre miró al cielo y pidió clemencia a los dioses. Pero fue justo en ese momento que un rayo se abrió camino entre las nubes y el espesor del bosque para caer con toda la furia sobre su ser.

El hombre quedo inconsciente, arrojado a su suerte, presa fácil para las fieras que deambulaban por el lugar. Pasaban las horas y el hombre no podía despertar del estado onírico en el que se encontraba. Soñó con un bosque enorme, con arboles frondosos, cuyas copas parecían escalar hacia los cielos.

Divisó una tormenta que se abría camino en el horizonte. También observó el accionar de las fieras. Algunas buscaban sus crías para resguardarlas en las madrigueras, otras se escapaban corriendo sin rumbo fijo. Pero hubo algo que captó su atención.

Ocultándose entre los arboles una de las fieras lo contemplaba, estudiaba cada uno de sus movimientos, pero no se acercaba, siempre mantenía una distancia prudencial. En ese momento un rayo cayó sobre el hombre fulminándolo y arrojándolo al suelo.

La fiera corrió a socorrerlo, con el hocico lo tomo con suma delicadeza de una pierna y lo puso bajo cubierto en una especie de cueva que se escondía entre dos arboles y que el hombre no había llegado a visualizar.

En ese momento el hombre despertó. Estaba atontado, los oídos le zumbaban y tenia una profunda herida en uno de sus brazos producto de una rama que se le había incrustado a la altura del codo. El lugar en donde se encontraba era oscuro, se veía una luz adelante y lo que parecía ser el bosque.

Recordó el sueño con una extraña nitidez, las imágenes se fundían unas con otras y todo le parecía demasiado real. Pensó en lo último que recordaba y comenzó a preguntarse como llego a esa especie de cueva que lo protegía en ese momento. De pronto escuchó una especie de gruñido, se incorporó y vio dos ojos que se asomaban en la oscuridad.

Nunca temió. Se acercó y entendió que lo que tenia a su lado era un lobo y que este maravilloso animal había sido el responsable de su salvación. El animal se acercó y se echó a su lado. Esperaron juntos que pase la tormenta.
Continuaron sus caminos, pero ahora lo harían juntos, serían compañeros por siempre, el hombre siempre agradecido de que el noble animal lo había salvado y el animal consciente de que debía estar siempre presente para asistirlo.

Pasaron las eras y hoy el lobo se hizo perro. Pero el espíritu sigue siendo el mismo. Donde haya un hombre que camine perdido y asustado siempre habrá un perro que lo acompañe y lo guié por la vida."

jueves, 23 de septiembre de 2010

Iluminaciones

Se sentó en un banco, al sol; a pasitos de la ochava que da a la entrada de la panadería.
Prendió un cigarrillo:
“¿Cuántas tonalidades de cielo azul serán posibles de contemplar?” pensó
Imposible calcularlo.
“Infinitas” se dijo para sus adentros, como sacándose de encima un cántaro lleno de agua.
Terminó su cigarro y volvió a sumergirse en las profundidades de la rutina.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Agradecido I

Nuestro hombre terminó su puro, se puso de pie y saludó a los cortesanos:

- ¡Que os vaya bien!, que la bendición del todopoderoso recaiga sobre vosotros como un halo dorado de luz, y que vuestras almas se llenen de poesía contemplando el día y la noche. Si sois pacientes, al atardecer sentiréis en vuestro pecho el calor brindado por la satisfacción de la tarea realizada.
Menuda alegría experimentan los humildes de corazón, extraño júbilo invaluable que vosotros, mis amigos poseéis en abundancia. ¡Buen día!

- ¡Gracia' Roberto!, nos vemos che! - replicaron a coro sus compañeros de la obra en construcción.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Delicias aromáticas de la vida real presenta:

Usos y abusos de la ecología

El primer verano, a altas horas de la siesta, cuando el sol incendiaba el castillo, la reina interrogaba a su marido por el olor putrefacto que quemaba sus fauces.
-Los ladrillos también se hacen con bosta –le respondía Él.

cosa e negro II

Imposible divisarlo en la negrura de la noche.
Teme la oscuridad.

Cosa e negro

Nadie lo vio venir en la unánime noche.
De hecho, no venía.

Pequeñas delicias de la vida conyugal presenta:

Concha con tuco
Al Negro Nielsen,
A su presencia radiante,
A su ausencia invicta.
A su pluma escatológica.

Hicimos el amor
Por donde Dios no manda.
Hicimos el amor, mi amor
Por donde Dios no manda.
Ay menos mal, mi amor
Que el culo no menstrúa.
Ay menos mal, mi amor
Que el culo no menstrúa
Porque vos sabés que a mí mi amor no me gusta que se me embadurne la batata.
Porque vos sabés que a mí… se me embadurne la batata.
Igual se embadurnó, mi amor
Igual se embadurnó, mi amor
Igual se embadurnóóóóó
Se embadurnó con caca.

Concha con tuco, mi amor
Concha con tuco
Concha con tuco, mi amor
Concha con tuco

Hicimos el amor, mi amor.
Hicimos el amor, mi amor.
Hicimos el amoooooor
Por donde Dios no manda.

Pequeñas delicias cotidianas presenta:

Cuando al fin se vieron,
después de años y años,
No se saludaron.
No se habían visto en la puta vida

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Arjuna

Cuentan que en la antigua orden del loto invisible, durante milenios, cada hombre forjaba su espada en una gran caldera de hierro.

Bautizados ancestralmente en la no-violencia, ellos sabían (saben) que jamás utilizarían sus espadas. Algún día, la técnica de depuración en el fuego será utilizada por toda la humanidad. Será el fin de las trivialidades.

martes, 14 de septiembre de 2010

Cables pelados...

La maraña de cables que encontró Diego detrás de la tapita de la luz no le parecio algo normal. Pensó que algo estaba mal, pero recurrió al sentido común y empezó a separar los cables y a seguir el recorrido que hacían por la pared.

Se sorprendió cuando notó que uno parecía no tener un origen definido y además estaba pelado en varios sectores. Se metía entre los ladrillos y desaparecía. Midió la tensión y ese cable efectivamente no poseía corriente. "Yo lo corto" le comentó a su cuñado.

"No hagas eso! lo mas probable es que ese cable sea el que sostiene el delicado equilibrio en el que se encuentra este universo! Si lo cortas, la antimateria se esparcirá y todo el planeta se convertira en un agujero negro gigante que consumirá todo lo que conocemos!" Le dijo el cuñado mientras reventaba en una carcajada.

Diego procedió a cortar el cable, hecho que derivó en el triste e inexorable final para él, su cuñado y el resto de los seres y cosas de su universo, que fueron consumidos por un agujero negro gigante que surgió de la pared de su propia casa...

lunes, 13 de septiembre de 2010

Pena de vida para todos

Hubo una época en la que fui libre. Pero libre de verdad. En un momento estaba dentro del Sol, también en los anillos de Saturno. Visitaba una supernova, un átomo de azufre. Ni el tiempo ni el espacio eran límites para mí. Sólo era un ente, capaz de hacer absolutamente todo lo que se me ocurriera.
Hasta que un día me encerraron en el cuerpo de un bebé humano del planeta Tierra y me dieron noventa y dos años de vida de condena. ¡Cuán lejos y cuán cerca estoy de cumplirla!
Espero poder dejar en este sitio una marca que insinúe mi presencia luego de haberme ido. De manera de seguir habitando esta cárcel en otros cuerpos. Tantos y tan intensamente como fuera posible.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Caballo cartonero

Cuando nací, mi destino ya estaba escrito. Arrastraría un carrito durante largas horas, todos los días.

Todavía recuerdo con nostalgia aquella época de mi niñez en la que mi madre me abandonaba para ir a trabajar. A ella la habían comprado unas personas precisamente para que arrastrase un carro grande, de madera, con dos ruedas. Yo me quedaba atado a una estaca. Anhelaba el día en el que, en vez de quedarme girando en círculos, pudiera salir a llevar a mis dueños a recorrer la ciudad.

Hoy llueve y debo salir. El agua hace más frío el frío. El piso se hace más resbaladizo. El látigo duele más. El carro se hace más pesado. ¡Ojalá fuera un Audi A4!

martes, 7 de septiembre de 2010

Decálogo del futbolista frustrado parte III

El lugar el mismo de siempre. La protagonista ella, siempre redonda (a veces ovalada, dependiendo del paso del tiempo). De un lado los cinco nuestros y del otro los cinco de ellos. Pero entre los cinco de ellos esta él. Ya saben de quien hablo, de nuestro protagonista.
El hombre que no se enteró que el tiempo biológico tiene la costumbre de continuar su paso. Si, ahí estaba él, estirando, preparando sus músculos para una nueva batalla.

Comienza el encuentro y para terminar con la monotonía silenciosa con la que se desarrollaba el encuentro, lanza al aire un "MUEVANSEEEE vamossssss!!!" Nada nuevo bajo el sol hasta aquí.
El partido se fue consumiendo entre los errores y los aciertos, los goles y las atajadas. Pero al final se produce el evento conmovedor del día, una muestra más de la desatinada forma de entender el futbol que nuestro crack tiene.

Les relato el evento en cuestión. Jugada final del encuentro, un compañero se muestra para recibir un pase de espalda y con doble marca, le llega el balón y antes de que pueda recibirlo comienza nuestro héroe moderno a proferir gritos desmedidos que rezaban lo siguiente "DESCARGAA NO TE ENCIERRES!!! DESCARGAAAAAAA", como si fuera facil hacerlo cuando estas encerrado contra la pared y con dos buitres come pelotas que te marcan.

Suena la chicharra y pese a que el marcador lo favorecía ampliamente se acerca con una mueca de disgusto al pobre ser humano que cumplía la engorrosa tarea de ser su co-equiper y le explica todo lo malo que tiene la vida del futbolista frustrado. El pobre pibe huyó despavorido para evitarse y evitarle esa escena innecesaria.

Pero nuestro prócer del futbol de oficina no sería quien es sino hiciera lo que a continuación hizo. Se quedó con la pelota y mirando a otro compañero que estaba cerca, le dice: "es que estos pibes no entienden, le tenes que explicar todo... yo lo aprendí hace 25 años cuando tuve un técnico en la novena en un club de la liga que me enseñó que hay que descargar rápido en el futbol!".

Lamentablemente nadie lo escucho... y las luces comenzaron a apagarse... y quedaron solos en el medio de la cancha... ella ovalada, el un frustrado... la vida no ha sido para nada buena con ellos.

Pero a no entristecer que en el próximo capítulo habra muchísimas mas enseñanzas y heroicas hazañas del hombre que cuando juega al fulbo con lo pibe, lo juega con máxima concentración, en movimiento y con sorpresa!

No me agarra señal!

xHola!
-Eh? No te escucho!
xTe digo que te dije hola
-Que carajo me decissss no te entiendooo.
xPero sos boludo vos? Te estoy diciendo que te dije hola.
-No definitivamente hay algun problema en la linea, anda para afuera que tenes mas señal.
xA ver ahora, me escuchas?
-Ahh ahora sí!
xBueno, hagamos rapido que la tecnologia nos abandona en cualquier momento. Me pasas con Mirta?
-Que Mirta?
xComo que, que Mirta? Mirta! tu mama!
-Mirta? Mi mama se llama Roberta!
xUhh perdon entonces, numero equivocado...

El gran Ben

Las horas cansadas de Benny, expresadas por el soporífero andar de las agujas de sus relojes.
Nadie sabe dónde vive, incluso si realmente vive.
Cuentan que durmió durante tres siglos y un día simplemente despertó.
Gamusino humano, los joyeros antiguos atribuían a Ben el retraso de los relojes.
Quizá sigue durmiendo, y el tiempo que vivimos hoy es mil veces más lento que décadas atrás.
¿No observaron el letargo otoñal de una rama mecida por el viento?

lunes, 6 de septiembre de 2010

El equilibrista

-¿Cómo es que usted se anima a practicar esto desde semejante altura?

-Le cuento. Yo comencé a hacerlo desde apenas dos metros por encima del suelo. Primero tuve que aprender las técnicas y luego adquirí la práctica. Me he caído varias veces durante el período de aprendizaje, pero estaba lo suficientemente cerca del piso como para no lastimarme.

-¿Y no le resultaba aburrido?

-Pues sí, claro. Pero estaba aprendiendo. Mi maestro me decía que lo hiciera con pasión y dedicación cuando me observaba desanimado. Yo no le hacía mucho caso. Un día me desafió a atravesar la cuerda desde los diez metros y sin red protectora. Como me creí capaz de hacerlo, allá fui. Había comenzado bien, pero cuando me percaté lo lejos que estaba del suelo me inundó un miedo atroz. Sentí cómo el viento que soplaba allí arriba comenzaba a balancear la cuerda, perdí el equilibrio y me precipité a toda velocidad. El golpe fue muy fuerte. Por suerte sólo me fracturé una pierna.

-Me imagino que le habrá dolido mucho. ¿Cómo hizo para volver a la actividad?

-Sí que dolió. Me llevó más de un año de recuperación antes de poder practicar nuevamente. De todos modos ese tiempo me sirvió para reflexionar. Comprendí que el proceso de formación es más lento de lo que uno desea que fuera. Y cuando mi maestro consideró que ya no debía enseñarme más nada me dijo que, de todas formas, tenía que seguir aprendiendo cosas hasta el fin de mis días y que no dejara de exigirme continuamente. Me explicó también que, tanto en ésta disciplina como en la vida, hay que mantener el equilibrio, disfrutando de lo que se está haciendo a cada momento. Pero que sepa que cuanto más compleja sea la tarea a desarrollar mayor será la felicidad obtenida ante el cumplimiento de la misma. Así que aquí me tiene; haciendo equilibrio a trescientos metros de altura. Espero, algún día, llegar tan alto como para necesitar de un tubo de oxígeno a mis espaldas por la escasez del mismo en el aire…

-Gracias por el tiempo dedicado a la entrevista, espero que su mensaje le sea de utilidad a quien lo reciba.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Pequeñas delicias del andar sereno presenta:

Eructó.
Cuando se disipó el olor a chorizo
Ya no estaba allí.

Pequeñas delicias del transporte público presenta:

Como un mechón de pelos de un sobaco, una planta cuelga del edificio de ladrillos vistos. Nace en algún lugar impreciso del quinto piso, sube hasta el séptimo, y baja hasta rozar a los caminantes callejeros.
Dos asientos más allá un adolescente de cara grasosa y una docena de granos en ebullición observa la escena con expresión bufonesca. Su amigo sonríe junto al vidrio amarronado exhibiendo sus dientes cuya pestilencia sólo es disimulable por su tamaño excesivo. Nota algo raro en lo que ve, pero no se preocupa en pensarlo.
El de los granos amarillentos comenta:
-alguien plantó un clavel del aire y se colgó.
El de los dientes suelta una sonrisa equina, de burro, casi un relincho.
El semáforo da verde. Me bajo en la próxima.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Error de descodificación de contenido

-¡A comer!- Se escuchó la voz de la madre.
-¡Si te seguís portando mal te quedás sin compu!- Sonó en la cabeza del niño el grito de su progenitora.
Sin dudarlo, como buen chico, se limpió las manos y se sentó a la mesa tan rápido como pasan los momentos felices.

Nunca nadie supo que esa situación, tan normal (en apariencia), provino de un malentendido.

Pequeñas delicias del arte de escribir presenta:

Lo escribió para no perderlo,
Pero no pudo hallarlo.

Breves delicias artísticas presenta:

Resacas creativas

Al despertarse,

Supo que todo estaba en su lugar.

Lo buscó,

Pero sólo halló una parte.

Hoguera



He visto muchos fuegos, pero ninguno como el del otro día.

Mi amigo, en llamas…
Fue una locura, parecía una sinfonía.
Ardió durante horas, llamas hermosas como nunca las había visto,
todas las tonalidades posibles del fuego (todas) variando en cuestión
de milésimas de segundo.
Como decía, fueron varias horas, desde las cinco hasta el crepúsculo.
Me perdí en esas llamas que alguna vez fueron mías, y cuando volví
de esa rara embriaguez, sólo quedaban cenizas que se fue llevando
el viento…
una barbaridad…
tanta gente al lado y nadie se dio cuenta…

Pero cómo ardió!

martes, 31 de agosto de 2010

Caminata final

Mientras caminaba por el descampado comenzó a oscurecer. Entrada la noche encontré una fogata. Hacía frío y estaba muy oscuro, puesto que la luna estaba próxima al período en que oculta la totalidad de su blanco radiante. Así que decidí quedarme junto al fuego.
Miraba con admiración las bellas figuras que formaban las altas llamas y las chispas que salían despedidas. Empecé a caminar a su alrededor para observarlo desde todos sus lados. Torpemente tropecé y caí encima suyo.
Sentí un dolor espantoso y salí corriendo con toda prisa vaya uno a saber dónde. El dolor no cesaba ni un segundo. Me revolqué en el lodo y eso me alivió un poco, pero no era suficiente. El sufrimiento era demasiado fuerte.
Miré nuevamente hacia donde estaba la fogata pero ya no podía disfrutar de su hermosura. Corrí ahora en su dirección y me arrojé sobre las llamas esperando el momento en que todo terminara.

domingo, 29 de agosto de 2010

Predicción

-¿Por qué? ¿Por qué todo me pasa a mí?- Preguntaba el niño desconsoladamente, pues sentía que todas las fuerzas del mundo obraban en su contra.
-No es nada, a los demás también le pasa lo mismo.- La persona mayor que lo acompañaba, destinatario de la queja, intentaba tranquilizarlo.

-¿Por qué me tiene que pasar a mí?- El adulto se preguntaba tiempo después.
-Sabías que las probabilidades de que esto pasara eran muy altas. No podrías haber hecho ni puedes hacer nada. Las consecuencias hubieran sido catastróficas.- Le contestaba su costado racional en un intento de calmarle la tristeza.
Pero éste sabía que no existía consuelo en el universo ante semejante dolor. Ni siquiera el hecho de saber que lo ocurrido llevaba felicidad a una cantidad mayor de personas que su insignificante ser.
Tal vez la "democracia sentimental", en la que se benefician las mayorías, no sea la mejor solución, pensaba.

Comer perdices

El encuentro fue fugaz. Solo un intercambio de sonrisas. No pasó a mayores. Los siguentes siete años ninguno supo del otro. Eso no importó demasiado porque ya habían pasado 31 sin que se hubieran visto siquiera la cara.
En la escalera del subte la mañana de un martes de otoño, volvieron a verse. Ella bajaba con un brillo áurico. Su pelo rubio al viento; sus labios pintados de rojo; su camisa que, entreabierta, seducía a cualquier mortal. El subía, desalineado, cansado luego de una larga noche laboral. Sin afeitarse, sudoroso.
El la recordaría algunos días. Ella no. No volverían a verse.

Naufragio

El mar, gigante, inabarcable.
El hombre en su pequeñez insólita.
El mar, decidido, fuerte.
El hombre, sometido, exhausto.
El mar, ligero y perpetuo.
El hombre efímero y débil.
El mar ruidoso y sediento.
El hombre en su agonía última.
El mar...

jueves, 26 de agosto de 2010

Eternidad

Soñó con ella.

Su aroma, sus cabellos, sus labios, su piel.

Todo era demasiado perfecto y a la vez parecía muy real.

Cuando despertó aún estaba a su lado.

El Dios Hombre



“… y en una habitación, el Dios hombre.


Solo.

Sentado en un gran sillón de piedra.

Contemplando el universo, cosa de Dios.

De repente quiso hablar, y llamó a alguien, cosa de hombres.”

Henry II

Henry acababa de levantarse.

Su prometida preparaba el desayuno. Le había nacido otra cabeza, con los cabellos rubios y rasgos más finos que la primera.
- Esto es lo lindo de la vida, – decía Henry con voz dulce – la semana pasada pintaste cinco bellos óleos con aquellas catorce manos que ya se han ido, y hoy puedo ver el sol sin necesidad de abrir la ventana…

martes, 24 de agosto de 2010

Renacer

Murió y soñó que era un águila. Envejeció águila y falleció. Luego soñó que era un árbol. Siendo árbol también murió, pero esta vez se soñó tigre.

Un día en la selva se encontró con un sabio. Decidido avanzó presto a devorar al viejo, pero este lo detuvo y le dijo: "Ahora que lo sabes, puedes partir". Aliviado por las palabras del sabio se dejó morir. Cuando despertó era hombre nuevamente.

La copla voraz


Mientras un par hacían el asado, charlaban y tomaban vino, el resto de la peonada se sentó en torno a Vílchez, guitarrero él, esperando su gracia.

- ¡Le faltan 3 cuerdas!, dijo indignado.
- Andate al bar de Mario, agarrá aquel camino que llegás mas rápido, queda como cuatro leguas antes de    Luan Toro, sugirió Pereyra.

“La pelicanización de las lenguas fermenta sólo en sueños”.

- Mario, necesito una tercera, una cuarta y una primera.
- ¿Asado en la Enramada?
- Correto.

“La pelicanización de las lenguas…”

Colocó las cuerdas y templó la guitarra.

- ¡Tocate una zamba!, gritaron por ahí

Vílchez arremetió con un la menor:

“la pelicanización de las leeeenguass
 fermenta soooloo en sueñosss”

- ¿Che, y a éste qué corno le pasa?, pregunta Pereyra

- Ni la mas puta idea, dejalo que siga…


“el mausoleo ardienteeee
 fraguado por los mundoooosss”

Se vinieron a la ronda los que hacían el asado, Miguelito López le pregunta a alguien qué le pasa al cantor.

- Lo he visto mas mamao, pero te juro que nunca lo escuché así.

“por el pooolennn, el pooolennnn
  reflujo diviino, eternidaaaddd”

“guirnaaalda eléctrica
  de tu sabeerrrrr”

El asado estaba listo, se fueron todos a comer, y lo dejaron ahí, cantándole a la noche.
A lo lejos se escuchaba alguna que otra copla incomprensible.

- ¡Y sigue nomás el pelotudo este!

A eso de las cuatro de la madrugada lo fueron a buscar, estaba tirado en el piso, los únicos que cantaban eran los grillos. Al parecer sufrió un ataque de poesía, de los mas fuertes que se conocen. Al cabo de un par de horas cantadas se desvaneció moribundo, y el virus coplero vaga por las pampas en busca de una nueva víctima.

Efímeros

Oscuridad. Mucho ruido en el ambiente. Nace una criatura.

Al poco tiempo ya camina. Se pasea por la habitación que no abandonará en su vida esquivando las pisadas de personas tan altas que no alcanza a divisar dónde terminan.

En medio de ese barullo encuentra una hembra de su misma especie. Se aparean. Ella da a luz y muere aplastada. No era el amor de su vida pero le bastó para reproducirse.

Él está gozando de sus últimas bocanadas de aire cuando se ilumina la sala. Comienza a disminuir el volumen de la música. La gente se va.

Muere antes de que se vacíe la discoteca. Fueron treinta y dos minutos de vida demasiado largos. Su especie continuará gracias al aporte de nuevos Curius Vergelius de dos milímetros de alto y poseedores de hermosas alas que no le sirven para volar.

lunes, 23 de agosto de 2010

Entelequia

Todos los seres pensantes habitantes de este mundo poseen un molde que es único, que encaja perfecto en cada uno y que los provee de la felicidad eterna. Este molde es muy difícil de hallar. Puede encontrarse de Norte a Sur y de Este a Oeste, en la llanura, en la montaña, en lo profundo de la selva y hasta en el medio del desierto.
El iconoclasta Reuben siempre supo de su existencia, pero como todos los seres pensantes habitantes de este mundo, desconocía el lugar donde encontrar el suyo. Es por eso que a la edad de 18 años salió en su búsqueda.
Recorrió su comarca, viajo por los cuatro puntos cardinales. Visitó las estatuas más antiguas. Forjó las puertas de los templos inalcanzables por los hombres comunes. Descansó en las playas cuya belleza lastimaba los ojos. Conoció a las mujeres más bellas que el mundo haya dado. Las amó como nadie jamás amó.
Ya anciano decidió volver a la casa de su infancia a vivir sus últimos días. La emoción de volver a dormir en su antigua casa le hizo presagiar que quizá esa fuera su última noche. Al buscar sus zapatos debajo de la cama se dio cuenta que algo había allí. Su molde, el cual había buscado toda su vida estaba bajo su cama, lugar en el cual nunca se había escondido de niño. Le restó importancia y se decidió morir. Había vivido una vida demasiado perfecta.

viernes, 20 de agosto de 2010

Naufragio eterno

La corriente nos arrastra. Apenas si podemos desviarnos de donde nos lleva. Pasamos unas cuantas islas. Algunas más habitables que otras.

A lo lejos se alcanza a divisar una que parece ser hermosa. Tal vez la más bella que exista. A veces sentimos que estamos a un par de brazadas de distancia.

Nada más alejado de la realidad. Se nos viene encima cierta sensación nostálgica, de algo que nunca existió en nuestras vidas. Furia. Desilusión. Desasosiego.

Lo único que nos queda es esperar una correntada que nos acerque algo a ella. Solamente para poder apreciarla un poco mejor.

Telepatía

Jules tomaba tsampa* con criollitas, untadas con manteca de Yac, en el drugstore de un templo tibetano.
Vicentico, que estaba meditando en la sala contigua, siente de pronto algo que lo perturba. Se acerca a Jules y, susurrándole al oido, le dice:
- "Basta, baaassta de llamarme así"**




*El Tsampa es una comida muy simple que se prepara por los sherpas, empleando harina y mantequilla (elaborada con leche de yak) se suele tomar como un porridge. La pasta resultante se suele hacer forma de cilindros o bolas y se suele comer con los dedos.
**"Basta de llamarme así" es una canción del grupo musical "Los Fabulosos Cadillacs" liderada por Vicentico.
N. del A:  Existre una gran controversia con respecto a este relato. Los investigadores no pueden llegar a un acuerdo sobre qué fue lo que le dijo Jules a Vicentico (por medios telepáticos, habilidades budistas)

El célebre filósofo alemán Kurt Von Kalessitten opina que Jules llamaba al músico "Vicentilo", cosa que irritaba a éste de sobremanera.
Posición discrepante la del sociólogo nicaraguense Roberto Calesitta, quien afirma haber participado telepáticamente del altercado, en el cual Jules habría llamado a Vicentico "barco nuevo", ya que había que empujarlo para que entre al agua.

Siesta

Estaba completamente loca.
Se pintaba los labios mientras leía un cuento de Poe.


“¡Toc toc toc!” golpearon la puerta con una onomatopeya burlona.

Entró Edgar con un insecto gigante que acariciaba con ambas manos, dorado como el sol de mediodía. El bicho crecía a razón de 50 cm. por segundo.

Despertó en medio de un campo de trigo con su libro de poemas de Pessoa. Era una mina cuerda, le dolía la cabeza por insolación.

jueves, 19 de agosto de 2010

Volando con el pensamiento las lanzas te bajan de nuevo a tierra

Botellas.
Un viejo loco tira botellas por la ventana.
Estallan.
La gente se rompe también,
como un espejo,
como las botellas que tira el viejo,
y lastima, corta...

Guión teatral: "Henry"

- ¡Te digo lo que dicen los del diario!
- No me importa.
                         Con aire espectral, Henry abandona la sala.
Barre las hojas de la entrada y fuma tabaco en pipa hasta las siete.
Mientras termina de cenar reflexiona sobre las palabras de su amigo.
Esa noche se cumplían dos años de su deceso.

Cuidado con lo que deseas

Cuando despertó algo en el aire le resultó familiar. Todavía aturdido intentó incorporarse de la cama, pero sentía en el cuerpo el paso de mil días y mil noches. El calor era agobiante como siempre.

La vida nunca había sido muy buena para él. Recordó todos esos momentos donde pedía que por favor lo arrastren a la nada, que terminen con su suplicio.

Abrió la ventana, cerró los ojos y asomó su cabeza. Ese olor... azufre... se detuvo un segundo y se dio cuenta de la inevitabilidad de lo que a continuación ocurriría.

Quiso mirar pero ya era tarde. El día volvería a repetirse. Los fuegos del averno lo habían atrapado nuevamente.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Conducta ejemplar

Hoy me apagué. Manejó todas mis acciones un piloto automático. Yo era tan sólo un observador. Fui un soldado más en la guerra contra los desprotegidos. Desperté por un segundo y descubrí que al terminar mis días habré matado más gente de la que podría haber salvado en diez vidas. Culminado ese sueño horrible, proseguí. Me cargué el arma al hombro y seguí marchando junto a millones y millones de otros soldados que no miraban ni a quien tenían a su lado.

martes, 17 de agosto de 2010

Exordio (*)

De soñadores errantes, de cuentos sin nudos. Puro comienzo, todo final. En tiempos sin rumbo rompió la cadena. Quiso ser pájaro y no salió bien. Sus alas se quemaron ni bien tomó vuelo. Derrapó en un campo de espinas que no duelen en la piel.


(*) La cooperativa del absurdo... en colaboración, María.

Inmolación

Sintió el dedo en la llaga. Acusó recibo. Un pinchazo, luego un golpe. No pudo gritar, se pensó amordazado. En la habitación, lúgubre, sólo había tres personas. La luz se hacía cada vez mas tenue para él. Se fue. Se dejó ir...

Colofón

Se abasteció de mi. Primero frotó su cuerpo contra el mío y me quitó los olores. Luego ansió mi energía, mi fuerza. De un soplido borró mis ideas, mis fantasías. Poco a poco me fue devorando. Los brazos, las piernas, las vísceras. Bebió mi sangre. Por último, en el arrebato de los excesos, arrancó mis ojos. Fue una bella imagen final.

Pez era


Tres peces escaparon de su cardumen. Cada cual siguió su camino por separado. Uno de ellos murió de hambre días después. Otro se vistió de alimento prematuramente. El restante vivió el tiempo máximo que puede pretender cualquier otro de su misma especie, en soledad.

lunes, 16 de agosto de 2010

en la masticación de los días
suelen sentirse varios sabores,
que no siempre son de los esperados.
Porque no existen tenedores libres
de circunstancias.



Publicado por Inés

Humorada medieval


- ¡El rey de Dinamarca se la come! gritaba la plebe
- ¡Doblada!, replicó el rey.

sábado, 14 de agosto de 2010

¡No válido!

Estaba listo para comer pero me faltaba algo. Fui a buscar un tenedor y un mosquito me dijo que buscara en mi interior. Ahí también me faltaba algo. Comida y felicidad. Salí a la calle a buscarla pero me encontré con la civilización. Descubrí que en ese lugar sobraba algo. Yo. Buscando suicidarme encuentro el sentido de la vida e intentando una conexión profunda con la naturaleza fui deborado por un león que me decía algo. Pero no le entendí nada porque me hablaba con la boca llena.