martes, 9 de noviembre de 2010

Escolazo


Cuentan los parroquianos que en la Tierra del fuego hubo un hombre que visitaba a Darwin a menudo, llegando a entablar con él una confidente amistad.
Entre copas y naipes en reuniones selectas de hombres de ciencia, él siempre arrojaba la misma frase:

“Del mono al ictiosaurio”

Parece ser que, como en una logia secreta, ellos tenían sus códigos. Él utilizaba la frase mencionada para que Darwin cantara el envido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario