Aquel que escribía antes, hace rato que no lo encuentro. Debe de estar perdido vaya uno a saber dónde.
–¿Te parece que él está perdido?
–Y.. No.. Pero si no ¿por qué no está?
–¿Te parece que no está?
–¡No se! Y si está, ¿dónde mierda? ¡No aparece!
–¿No aparece o lo ves y no lo reconoces? Tené en cuenta que pasó mucho tiempo. Debe estar algo cambiado.
–Puede ser.. Tendré que prestar más atención.
–Tal
vez el foco de tu búsqueda esté equivocado. Tal vez lo tengas enfrente
tuyo a diario y no te des cuenta. Tal vez debas dejar de prestar tanta
atención. Tal vez debas dejar más lugar al sentir.
–Mirá,
te voy a decir la verdad. Yo sé bien cómo hacer que vuelva pero sentí
que debía protegerlo. Y hoy siento que me excedí, que lo oculté
demasiado y no me atrevo a decírselo y a pedirle perdón.
No se cómo encararlo.
–Invitalo
a tomar unos mates. Sientense, relajate y dejá que pase lo que tenga
que pasar. Él va a saber entender, o no, pero eso ya no importa. No hay
nada que unas lágrimas no puedan arreglar.