viernes, 24 de septiembre de 2010

Sobre como el hombre conoció la lealtad.

El otro día estaba caminando por la ciudad y vi una imagen que se repite en todas las ciudades de nuestro país. Un linyera con su perro. Nunca conocí una relación mas fiel que esa, creo que fue por eso que me acerque para cambiar dos palabras con el amigo. Mientras hablabamos, el perro siempre se mantenía fiel al lado de su compañero de ruta. Le pregunte el nombre y me dice "se llama pachorra y es mas bueno que el pan. ¿Queres escuchar una historia?" Intrigado asentí con la cabeza. A continuación se encuentra el relato que me regalo el buen hombre.

"Cuenta la leyenda que en el principio de los tiempos un hombre deambulaba por un bosque. Estaba desesperado, solo buscaba alimento y algún tipo de refugio natural, algo que lo protegiera ante la inclemencia del clima.

Lamentablemente una feroz tormenta eléctrica se desató sobre todo el bosque. Los truenos y los relámpagos se fundían en un espectáculo admirable pero también tenebroso. La lluvia no paraba, donde el hombre miraba un árbol se partía en dos y caía sin remedio al suelo.

Él corría. Trataba de esquivar las ramas que se desprendían con asombrosa facilidad del tronco de los arboles.
El bosque temblaba, las fieras que lo habitaban estaban en un estado máximo de alteración, no se avizoraba un final para tamaña tormenta. En un momento el hombre miró al cielo y pidió clemencia a los dioses. Pero fue justo en ese momento que un rayo se abrió camino entre las nubes y el espesor del bosque para caer con toda la furia sobre su ser.

El hombre quedo inconsciente, arrojado a su suerte, presa fácil para las fieras que deambulaban por el lugar. Pasaban las horas y el hombre no podía despertar del estado onírico en el que se encontraba. Soñó con un bosque enorme, con arboles frondosos, cuyas copas parecían escalar hacia los cielos.

Divisó una tormenta que se abría camino en el horizonte. También observó el accionar de las fieras. Algunas buscaban sus crías para resguardarlas en las madrigueras, otras se escapaban corriendo sin rumbo fijo. Pero hubo algo que captó su atención.

Ocultándose entre los arboles una de las fieras lo contemplaba, estudiaba cada uno de sus movimientos, pero no se acercaba, siempre mantenía una distancia prudencial. En ese momento un rayo cayó sobre el hombre fulminándolo y arrojándolo al suelo.

La fiera corrió a socorrerlo, con el hocico lo tomo con suma delicadeza de una pierna y lo puso bajo cubierto en una especie de cueva que se escondía entre dos arboles y que el hombre no había llegado a visualizar.

En ese momento el hombre despertó. Estaba atontado, los oídos le zumbaban y tenia una profunda herida en uno de sus brazos producto de una rama que se le había incrustado a la altura del codo. El lugar en donde se encontraba era oscuro, se veía una luz adelante y lo que parecía ser el bosque.

Recordó el sueño con una extraña nitidez, las imágenes se fundían unas con otras y todo le parecía demasiado real. Pensó en lo último que recordaba y comenzó a preguntarse como llego a esa especie de cueva que lo protegía en ese momento. De pronto escuchó una especie de gruñido, se incorporó y vio dos ojos que se asomaban en la oscuridad.

Nunca temió. Se acercó y entendió que lo que tenia a su lado era un lobo y que este maravilloso animal había sido el responsable de su salvación. El animal se acercó y se echó a su lado. Esperaron juntos que pase la tormenta.
Continuaron sus caminos, pero ahora lo harían juntos, serían compañeros por siempre, el hombre siempre agradecido de que el noble animal lo había salvado y el animal consciente de que debía estar siempre presente para asistirlo.

Pasaron las eras y hoy el lobo se hizo perro. Pero el espíritu sigue siendo el mismo. Donde haya un hombre que camine perdido y asustado siempre habrá un perro que lo acompañe y lo guié por la vida."

1 comentario:

  1. Muy bueno compañero! En mi caso tendría que ser "donde haya un hombre que camine perdido y asustado siempre habrá un perro, también perdido y asustado que lo acompañe por la vida" mi escuby es medio maraca y sensible, le pasan cosas a ese perro jajaj. Un brindis por theo, escuby, el negro y el rulo, auténticos perros peronistas!

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