martes, 24 de agosto de 2010

La copla voraz


Mientras un par hacían el asado, charlaban y tomaban vino, el resto de la peonada se sentó en torno a Vílchez, guitarrero él, esperando su gracia.

- ¡Le faltan 3 cuerdas!, dijo indignado.
- Andate al bar de Mario, agarrá aquel camino que llegás mas rápido, queda como cuatro leguas antes de    Luan Toro, sugirió Pereyra.

“La pelicanización de las lenguas fermenta sólo en sueños”.

- Mario, necesito una tercera, una cuarta y una primera.
- ¿Asado en la Enramada?
- Correto.

“La pelicanización de las lenguas…”

Colocó las cuerdas y templó la guitarra.

- ¡Tocate una zamba!, gritaron por ahí

Vílchez arremetió con un la menor:

“la pelicanización de las leeeenguass
 fermenta soooloo en sueñosss”

- ¿Che, y a éste qué corno le pasa?, pregunta Pereyra

- Ni la mas puta idea, dejalo que siga…


“el mausoleo ardienteeee
 fraguado por los mundoooosss”

Se vinieron a la ronda los que hacían el asado, Miguelito López le pregunta a alguien qué le pasa al cantor.

- Lo he visto mas mamao, pero te juro que nunca lo escuché así.

“por el pooolennn, el pooolennnn
  reflujo diviino, eternidaaaddd”

“guirnaaalda eléctrica
  de tu sabeerrrrr”

El asado estaba listo, se fueron todos a comer, y lo dejaron ahí, cantándole a la noche.
A lo lejos se escuchaba alguna que otra copla incomprensible.

- ¡Y sigue nomás el pelotudo este!

A eso de las cuatro de la madrugada lo fueron a buscar, estaba tirado en el piso, los únicos que cantaban eran los grillos. Al parecer sufrió un ataque de poesía, de los mas fuertes que se conocen. Al cabo de un par de horas cantadas se desvaneció moribundo, y el virus coplero vaga por las pampas en busca de una nueva víctima.

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