viernes, 25 de febrero de 2011

Fue lo que pudo no lo que quiso

Mientras el sueño sucumbe ante mi despertar recuerdo esas noches de jocosa soledad donde me sentaba en mi cama con mi "tapar" e imaginaba distintos mundos posibles. Ninguno tan real, tan mísero, tan poca cosa como el mundo que me toco sufrir.

Este mundo del que les quiero hablar, es un espacio etéreo, insoportable morfologicamente hablando. Un lugar donde la gravedad nos prohíbe volar y si aun así logras levantar los pies de la tierra seguro viene algún gil y te pega un gomerazo y te hace volver al piso. Quizás mis palabras no se entienden porque debo admitir que este no es su objetivo. Ellas se someten a la voluntad artificiosa de un genio maligno cartesiano que las impregna de maldad e intolerancia.

Pero no es mi deseo embaucarlos con una historia de tinte trágico, sino mas bien por el contrario quizás tal vez sea esta una oportunidad única en la que puedo yo demostrarle a varios cientos de miles de millones lo inverosímil de la palabra humana. Esto es lo que tengo para decir por lo menos por ahora. El que así no lo entendiese que se ponga a mirar sus entrañas.

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