De pronto logra divisar en la calle de enfrente a un viejo amigo de la infancia. Emocionado corre a saludarlo. El otro hombre lo mira incrédulo, lo inspecciona de arriba a abajo y decide ignorarlo por completo. Su Blackberry era una opción mucho mas familiar y segura que la de cruzar la mirada de Hector su amiguito del barrio de la paternal, del cual hacía años no había tenido noticias.
Amigos: este espacio fue concebido con el único fin de publicar "todo aquello que se os ocurra". Sin filtros, sin tapujos, acá somos más libres que en Zion! A ud. estimado lector, le comunicamos que son bienvenidos cualquier tipo de comentarios y/o sugerencias. Que empiece el baile...
miércoles, 9 de febrero de 2011
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