martes, 15 de marzo de 2011

En el quinientos seis y en el dos mil también

Maribel preparaba el estofado mientras, de fondo, Obama hablaba sobre el Tsunami en Japón.
- ¿Y éste quién se cree que es? ¿El presidente del mundo?
- ES el presi del mundo, vos que te pensás... ¿le falta mucho a eso? le contestó Héctor, su marido.
- Le falta un rato, hacete unos mates viejo... (pensativa mientras revuelve, busca las palabras para expresar su idea)
- ...sabés que pasa... me indigna... los yanquis y muchos giles pensaban que el muñeco éste iba a cambiar algo, pero no...
- En eso tenés razón mujer, es como comprar picada común o especial, te gastás un mango más pero a fin de cuentas es lo mismo.
- ¡No hay Yerba! (Maldice en voz alta)
- Me voy a lo de Mario a comprar.
Y salió por la puerta, silbando bajito, como quien no quiere la cosa, aquel tango de Discépolo.

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