lunes, 29 de noviembre de 2010

Traición (*)

El ambiente estaba espeso. La luz tenue, tamizada por el humo, hacía el aire casi irrespirable. Recostado sobre la silla, en el último lugar, recibió a la primera. La ojeó con desden. Al llegar la segunda se entusiasmó. Al cabo de una más creyó que todo se encaminaba según los planes. Alguien gritó algo. Otro se puso de pie, como quien se prepara para un duelo, con las piernas arqueadas y agachándose hacia abajo. Las arrojó con el vértigo de la situación, pero con aires de autoridad. El que estaba a su lado, con los ojos brillosos, sutil, pendenciero, respondió: “33 de mano, son mejores”.

(*) Escrito sin conocer la existencia del breve cuento "Escolazo)

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