Amigos: este espacio fue concebido con el único fin de publicar "todo aquello que se os ocurra". Sin filtros, sin tapujos, acá somos más libres que en Zion! A ud. estimado lector, le comunicamos que son bienvenidos cualquier tipo de comentarios y/o sugerencias. Que empiece el baile...
sábado, 12 de noviembre de 2011
Altamar
viernes, 11 de noviembre de 2011
Color y metáfora I
Ya en el consultorio una señora muy fea se lo bebió con sorbete mientras éste le recetaba unas cremas. Sólo su voz continuó prescribiendo medicamentos, a fuerza de costumbre. Nadie jamás notó la diferencia.
lunes, 24 de octubre de 2011
Al pan, pan y a la granja, Eduardo
miércoles, 19 de octubre de 2011
Qué lindo que es estar en Mar del Plata
Una lata de choclo yace vacía sobre los caracoles, de tanto en tanto mecida por el viento. Un hombre con un pincel busca una bolsa y contempla la lata. Patea con ella un penal al arco del océano. No encuentra la bolsa, olvida que la busca.
Una nube grisácea mancha de sombra a una pequeña porción de océano; bajo ése agua ennegrecida, un tiburón busca alimento.
Un grano de arena es aplastado por una ola al romper; un melancólico grano de arena, disgregado.
El viento silba un chirrido permanente a través de los huecos de una arenisca desmayada en la playa.
Un arbusto lindero dedica especial atención a seguir creciendo. Una arañita blanca teje afanosamente su tela en el follaje del arbusto, guarecida del sol, esperando el banquete.
Otro grano de arena se interna en el pelo negro y crespo del otro hombre con pincel, para terminar mas tarde en una ciénaga de champú.
Caracol Col Col (La felicidad)
Caracol Col Col vió una chica y después fue a ver al presidente. Después fue a la casa y después encontró a un perro.
Y depués se lo llevó a la casa y vivió feliz para siempre porque con la amiga que encontró se casaron.
Caracol Col Col (La muerte)
Los viejitos se mueren y Caracol Col Col se fue a la tierra porque murió.
sábado, 15 de octubre de 2011
El pecado original Versión 2.0
Antes del comienzo del partido abrí el tercer cajón y saqué una foto. La doblé en cinco pliegues y la herví a baño maría.
Los recuerdos gaseosos paseaban por la casa pero su carga emotiva se desvanecía, tal como se desvanecen las impurezas de una papa trozada en una olla de agua al fuego.
Un doctor que retoñaba por la vereda inhaló un poco de angustia al vapor y acto seguido echó a llorar densas gotas melancólicas, justo frente a la plaza.
A un militante que llevaba una bandera azul ésto le pareció una pelotudez.
A mi, que no soy metódico, se me pasó el agua para el mate.
A una flor que residía a los pies del doctor le cayó una gota nostálgica que sorbió la raíz, para así nutrir al torrente de savia rosa-acartonada, dando orígen al famoso grano de polen apático.
Una abeja que por allí pastaba se alejó del rebaño y degustó el polen. Al cabo de unos días, la desesperada abeja consultó en el panal a la abeja psiquiatra, y ésta le recetó miel descafeinada y desmielizada.
Todos los seres vivos supieron del orígen de estos desequilibrios y resolvieron encanarme, pero para ese entonces el mundo ya se había descontrolado.
sábado, 24 de septiembre de 2011
El Cerco
martes, 6 de septiembre de 2011
En el tren
Con la palma de la mano me toqué un poco la cara haciéndome el que bostezaba y mi primer incógnita quedó resuelta. No había vestigios palpables de espuma de afeitar, ni cortes de consideración.
A continuación, bajé la mirada y lo primero que vi fueron zapatos. Mis zapatos. Alivio.
Un poco más arriba asomaban las medias, una de cada color, acovachadas bajo el jean. Al menos de la cintura para abajo estaba cubierto.
Mirándome la panza vi mi camisa nueva, una blanquita muy linda que estaba en liquidación y a muy buen precio.
Vaya uno a saber qué le llama la atención a este tipo, pensé. Resolví no darle importancia al asunto y seguí con mis cavilaciones.
A la vera de las vías: casas; pasto; una casilla; una vaca; mugre; nuevamente casas... todo pincelado por el lindo sol de mediodía.
Al parar en una estación (faltaba para Retiro) empiezo a escuchar dos voces masculinas que sobresalían entre el cuchicheo del resto de los pasajeros.
Eran dos pibes que venían "escabiando del pico" de una botella de cerveza. Sólo hablaban fuerte y lanzaban risotadas, nada más.
De pronto, el tipo del sombrero les pide a los muchachos con un: shhhh!!! que se callen.
- ¡Callate vos, ortiba! , le responden
El sombrerero se empieza a poner loco y a transpirar.
Los muchachos siguen con lo suyo.
- ¡Qué sombrerito te echaste pá, ehhh! le grita uno.
Sonamos, lo agarraron pal churrete, pense yo.
El agredido se levantó del asiento dispuesto a increpar al que le gritó. Tan hecho una furia iba que no vio un pie que con malicia se interpuso en su camino. Cayó de bruces ante la risotada general. ¡Para qué!!... el tipo estaba como loco, medio que se le había deformado la cara de la luna que tenía. Transpiraba. Estaba rojo y caliente como lava.
Dio dos pasos y explotó, dejando una estela de papel picado que recorrió el vagón para acabar en el piso.
Todos nos quedamos helados. De pronto se escuchó un ehhhhh? que rompió el silencio. Seguido de un qué carajos pasó? de una señora que estaba unas filas mas allá.
Murmullo general. Caras de desconcierto.
El tren llegó a Retiro.
Nos bajamos.
Nadie dijo mas nada.
Subí al subte y, como faltaban unos minutos para entrar al laburo me compré un alfajor y un café al paso.
Mi jefe me mira, entre risueño e intrigado, y me dice:
- ¡Qué cara eh! Como se nota que es lunes...
- Es lunes, pero no me vas a creer lo que pasó, en el tren, un tipo explotó, una locura...
- Y sí, todos explotamos... viste lo que es el mundo hoy día, las presiones, los vencimientos, es más, la semana pasada, a mi suegro ...
lunes, 5 de septiembre de 2011
Radio Huno. Programa N° 1
Abajo, a modo ilustrativo, una foto de parte del equipo de Radio Huno derribando un árbol para construir wincofones.
http://soundcloud.com/radiohuno/hola-como-estas-pais1
Interviú
C - ¿De qué cuadro es usted?
A - ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!
C - Emm... disculpe maestro, no me refería a eso en mi pregunta.
A - Es todo lo que voy a decir.
viernes, 2 de septiembre de 2011
Radio Huno
Escuchenlón, imaginenlón, canelón.
Cordiales saludos.
http://soundcloud.com/radiohuno/hola-como-estas-pais
jueves, 18 de agosto de 2011
Crónicas oficinales. Continuación de la perra anarquista. También continuará
"... en el medio del océano, miles de centinelas combatian..."
- ¡¡Beto!! ¡dejá de leer pelotudeces!, ¿por qué no te ponés a estudiar? le dijo su jefa. -Te vas a recibir el día del arquero si seguís así...
- Claro, él lee novelas... mmm... acotó Betty, tirando el anzuelo donde no la habían invitado a pescar...
Caras de reprobación general ante la escasa dedicación del ordenanza a los estudios contables.
El mediodía irradiaba el olor a pescado recalentado-en-microondas de alguna oficina lindera. Los pasillos del ministerio parecían una feria de comidas, con los vendedores golpeando puertas y anunciando su llegada.
Beto salió algo indignado de la oficina a buscar alguna empanadita de carne para manducar. "Tengo unas ganas de irme a la mierda..." pensaba. Le palmean la espalda. Se da vuelta y reconoce la figura agigantada del gordo Tulio:
- ¡Qué hashée betito! -a partir de este momento, Beto habla en primera persona-
- Acá estoy, gordo, comprando algo pa' comer. (por qué no te vas un poquito a cagar)
De pronto aparece alguien mas, ni idea quien es, pero aprovecho y me voy silbando bajito, porque al gordo Tulio le das letra y te escribe una biblioteca...
Vuelvo a mi oficina dispuesto a engullir la empanada, todavía caliente. Golpean la puerta. Nadie se levanta de su silla a atender.
"Vamos Beto, que a las cuatro nos rajamos. Con cariño: tu conciencia"
Traen unas notas y memorandos de la Subdirección fiscal de conflictos melodramáticos.
Saco fotocopias, como se acostumbra en mi sector, y me traigo todo a la computadora para ingresarlo por el sistema. ¿La empanada? Bien, gracias. Mandá saludos si la ves.
Betty libera el teléfono luego de cuarenta minutos de una catarata de problemas que son el deleite de sus compañeros. Tiene las facciones relajadas por la catársis, mientras el resto piensa en convocar un paro de orejas por el resto de la jornada.
Suena el teléfono. Atiendo. Es la secretaria del gerente:
- ¡Hace media hora que estoy llamando! ¿Quién habla tanto por teléfono?
- La verdad que no se. Yo recién llego. (¡Mentira, fue la cornuda de Betty, que se rasca a cuatro manos y además, habla por teléfono)
- ¿Podés venir que tengo un par de trámites?
viernes, 29 de julio de 2011
Perra Anarquista
Él era Beto, el ordenanza, en un banco de la plaza.
Sacó de su bolsillo un atado de philip morris y prendió uno. Disfrutaba de los vaivenes del sol. Se soñaba despierto. En eso, ve que pasa caminando la rubia. LA Rubia, pero no por su belleza, sino por la curiosidad que despertaba en él tamaña estupidez de mujer. Le gustaba observarla. Más de uno hubiera creído que estaba enamorado de ella.
La rubia se desempeñaba como asesora del Gerente General de Pactos Arancelarios e Intervenciones Remotas. Nadie podía decir a ciencia cierta cuál era su tarea. Se la veía felíz, por los pasillos del Ministerio, con un aire de relajo constante. Beto creía que ella se encargaba de llevar la agenda con los cumpleaños de funcionarios, bautizos de los nenes y cosas así. No se si lo escuchó alguna vez o lo imaginó.
La blonda venía hablando por teléfono, con bolsas en una mano, su cartera y sus botas símil cocodrilo.
¡Puaj! murmuró Beto, el ordenanza, el de los pies ligeros, mientras ella desfilaba por la plaza.
Una vez perdida en la vorágine matinal, Beto, el de los pies ligeros, contempló la figura de un cuadrúpedo que se acercaba. "Cuadrúpeda" aseveró después. Chifló e hizo un chasquido con las manos para llamarle la atención, para que venga a recibir el mimo.
Ni cinco de bolilla. Se acercó e ignoró su presencia con aire altanero, muy pulcra ella para parecer de la calle. Y sin embargo lo era.
Se detuvo a mirarlo por unos segundos, y Beto, el de los pies ligeros, creyó adivinarle el mensaje
"No soy tuya, ni de nadie; soy de todos lados. Recibo mimos y comida cuando se me antoja, no como esa manga de oligarcas que viven cómodos y esclavos en las casas con sus "amos", fichando día a día su tarjeta de simpatía. Ni que hablar de esa nueva camada de canes inventados, pequeños bonsai, todos refinados. Yo soy anarquista."
Dicho esto siguió su camino, libre, como el sol cuando amanece, como decía Nino.
Beto se quedó pasmado ante tal revelación. Se preguntó qué pensaría la rubia de todo aquello. Imaginó que ni se habría percatado de la presencia de la perra. Porque ella tenía ojos para cosas que no existen, o más bien, les deformaba la existencia a cosas que existen. Y miraba del medio de su campo visual hacia arriba.
La perra miraba para donde se le venía en gana, fiel a su instinto y a su libre albedrío.
martes, 12 de julio de 2011
Locuras de una mañana, tarde, a la nochecita
miércoles, 15 de junio de 2011
Henry IV
El suave aroma a hierbas deambulaba por la casa, llevándole a Henry el desayuno a la cama.
-Anoche sabía a alas rotas- dijo, entre despierto y dormido, contemplando la taza.
Ella estaba detrás de la puerta, escuchando.
-Menudo susto se llevará cuando intente vestirse- pensó.
Luego sonrió, y la cocina se inundó de sol, de plumas, y de huesos, que destrozaron los perros.
jueves, 2 de junio de 2011
Alma
Nuestro panal aún no cae, aunque sólo es cuestión de horas. Yo estoy en la vereda, esperando la caída; sin pánico alguno, puesto que soy hombre de Fé, y un hombre de Fé sabe que no existe final, sino sucesiones de momentos, y en éste momento en particular, un auto colisiona contra un poste de luz, y el enjambre se repite, y las sirenas suenan, de nuevo.
viernes, 27 de mayo de 2011
Gesta social
Palabras que llenaron de ira e impotencia a este televidente ocasional y le quedaron dando vueltas en la cabeza por unos días hasta que sintió que debía tomar cartas en el asunto. Llamó a su amigo Raúl y fue a la casa a comentarle la idea. En su mente rondaba un lema.
-Raúl, mira lo que he hecho -y le mostró una pancarta que decía:
-Todo muy lindo, pero no estamos muy de acuerdo con el asunto de la herencia -contestó Raúl conforme a su ideología anarquista.
-No es que yo lo esté, pero me pareció la mejor manera de poner en evidencia la forma en que funcionan las cosas a mi entender. Yo no quiero trabajar porque no quiero ser explotado. No puedo reclamar que me mantengan "ocupado" para que ellos, los herederos de la "riqueza", sigan disfrutando de los beneficios que les da su condición de "enviados del Señor" y nosotros estemos condenados a ser un gasto indeseado de sus empresas. Yo también quiero disfrutar de los mismos derechos que ellos. Y quiero, además, que todo el mundo pueda disfrutar de las mismas libertades.
-¡Eeeeessaaaa! ¡Manuelito presidente! ¡Yo te voto colega!
Ambos rieron ante la ocurrencia de Raúl.
Disfrutaron del poco tiempo que quedaba de la tarde. Cenaron y Manuel se marchó rumbo a su casa, donde guardó de manera lo más prolija posible, la pancarta.
Pasados los días, con su ilusión a cuestas, Manuel aún sigue esperando el momento de desenrollar el cartel y que el mundo conozca, así, lo que piensa.
domingo, 15 de mayo de 2011
A propósito
jueves, 12 de mayo de 2011
El último sol
Era él... último ser vivo en la galaxia.
viernes, 22 de abril de 2011
Breve historia de los chacinados
El príncipe Amín, hijo de Amón, y nieto de Salmón (casado con Beatríz Salomón), se disponía a acceder al trono del imperio. Ésta historia puede ser corroborada visitando las minas del rey Salomón (hermano de Beatríz).
Ellas transmitieron dichos sucesos degeneración en generación.
La leyenda cuenta que debían superarse una serie de pruebas para ser el nuevo Califa. Y fue en una de ellas, en las que el jóven Amín trastabilló... y se partió un diente contra el piso.(véase, "el diente de Amin", tomo 914)
Fue durante ésos dias de arduas pruebas, cuando el príncipe vivió una experiencia sobrenatural, similar a lo que le sucedió a Napoleón siglos después. A manera de relax, se propuso ir a tomar un aperitivo al bar de la pirámide, pero ya venía algo "copeteado" de palacio, asique se perdió en el laberinto de cámaras, vestuarios y camerinos.
Arribó a una sala, de la que "brotaba" la luz, lo cuál le llamó la atención.
Caminó unos pasos, y distinguió una silueta humanoide que se dirigía hacia él.
- Hola! Mi nombre es Fabio Zerpa (balbuceó el alienígena en Guaraní, lengua dominante en aquel momento), y vengo a cumplir con una misión de índole gastronómica.
Dicho esto le otorgó un objeto (desconocido para Amín), y se elevó hacia el vórtice de la sala, donde misteriosamente desapareció.
Aturdido, el príncipe no advirtió los gritos de sus súbditos, tratando de derribar la puerta de la cámara.
Éstos le decían:
“Sal Amín!!! Sal!!!
Sal Amín!!! Sal de ahí!!!”
Estaba pasmado contemplando el “obsequio divino”, cuyo aroma le fascinó; entonces sacó del turbante su navaja “jinsu” y le quitó la piel que lo recubría. Lo cortó en finas rodajas y se lo comió.
Salió de la cámara, y al encontrarse con sus súbditos, les dijo:
Señores, he tenido una iluminación… he descubierto el Salamín.
viernes, 15 de abril de 2011
El literato rebelde
martes, 12 de abril de 2011
Alborada
Los soñó. Hay gente que tiene esa capacidad, la de soñar con algo y que le salga en la timba. Puede ser la matutina o la vespertina, tal vez la nocturna. Si no sale como era, quizá sale al revés. Pero siempre le andan rondando.
Esta vez no fue algo inusual. Pero el onirismo suele presentar variables que quien lo vive, si es que cabe el término, hace que el despertar se torne un poco diferente. Y esa madrugada lo vio tan vivo, tan pertinente para arriesgarlo todo.
Se vistió algo apurado. Buscó debajo del colchón y encontró los ahorros de media vida (poco más, poco menos). De ahí se dirigió al quinielero del barrio, que sorprendido le tomó la apuesta, no sin antes mirar hacia los costados, sospechando cualquier movimiento extraño. “El 86”, dijo.
Horas más tarde, la radio sobre el modular del comedor daba los resultados. “Y a la cabeza, el 68”, relató. Tomó su cabeza con las manos y musitó algunos insultos. Se preparó una sopa, la tomó. Y contó los días de su vida.
martes, 5 de abril de 2011
Historia Antigua vol. I
- "Alá se presentó ante mi, oh querido pueblo, y me habló de la fidelidad y del amor entre dos personas. ¡No más orgías compañeros!- dictaminó el soberano.
- ¡Buuu! ¡Alcahuete! ¡Mentiroso! ¡Taffarel! ¡Impostor!- gritaba el pueblo indignado.
El revolucionario príncipe, hostigado por su gente, resolvió abdicar.
- ¡Que los gobierne Magoya!- dijo
Y Magoya los gobernó, y volvieron las orgías, el opio y la sangría.
sábado, 26 de marzo de 2011
Un laboratorio donde se estudia el alma
Los fue colocando en frascos y los etiquetó, uno por uno, para luego observarlos con el infrascopio.
- "Sé que no voy a descubrir la esencia de nada"- repetía
- Verán, por aquellos días estaba yo muy sensible...
Me daban lo mismo los nuevos modelos de automóviles, los avances tecnológicos, los bestsellers, el cine, las nuevas comidas de las que el mundo hablaba. La música que amaba colisionaba contra un muro blasfemo, de colores brillantes y cajas bonitas.
Con mis seres queridos la conversación era circular, siempre en el contorno. Sin embargo, yo sabía (¡lo sabía!) que existía algo mas que aquella predestinada y carcomida rutina.
Algún tipo de angustia repicaba en mí como una gran campana de bronce, bien adentro, persistente, amiga (por aquél tiempo la consideraba justamente lo contrario)
Entonces comencé a prestarle mayor atención, a escucharla, enhorabuena.
-No es contradicción, sino mas bien difícil de explicar, eso que producía en mí aquella mirada triste bajo el puente.
Como no viajaba a menudo por aquellos lares, solía olvidarla con el transcurso de las horas.
El hecho es que, la última vez que la vi, me sonrió -o al menos eso sentí- y no podría precisar por qué, su rostro... su recuerdo perenne, ¡sus ojos! florecían día y noche.
Tan humanizado me sentía... decidí ir a buscarla. Me vestí, sin desayunar, y bajé a tomar el colectivo.
Ya no estaba.
Para mi sorpresa, encontré varios de aquellos rostros tristes, otros.
Gentes barridas bajo el tapete de las "grandes oportunidades".
-Decidí tomar esas impresiones, y, contradiciéndome, captar la esencia de aquello que veía y sentía.
Decidí también utilizar mi tiempo libre para ahondar en esta investigación.
Destrocé un paradigma científico. Pude captar al objeto en-sí, el Noúmeno del que hablaba Kant, pero no pretendo brindar mayores detalles sobre eso.
No quiero ningún premio.
Sólo anhelo que la gente experimente todas estas sensaciones, deseos y sueños de otras personas, pero en carne propia; mostrarle al mundo lo que yo veo.
Sigo trabajando para construír el equipo que lo haga posible.
Si lo logro, seguramente hable con alguna Universidad para presentarlo a la comunidad científica. Caso contrario, dedicaré mi vida a intentarlo, después de todo, me parece que persigo un fin mucho más justo y menos egoísta que el de ésos tontos alquimistas del siglo XV.
viernes, 25 de marzo de 2011
El valor de la vida
-¡Cómo han cambiado los valores! Hoy te pegan un tiro por cualquier cosa, o te acuchillan. Así, sin ningún problema. Les importa un carajo la vida. Antes te respetaban un poco más, tenían códigos. Pero ahora andan todos drogados, ¿viste? Se cagan en la gente.
-¡Sí! ¡Tenés razón, loco! Hace como un mes, a un amigo lo mataron por una bici de mierda. El pendejo estaba andando por la vereda. Mi amigo se la saca. Tranquilo, sin violencia, según me dijeron. Era una playera, despintada, medio oxidada. Él mismo solía acomodarlas y venderlas muy baratas. No te das una idea de lo que vendía. Todo el mundo se las compraba. Sabían que eran afanadas, pero no les importaba mucho cuando les decía el precio. A veces se las encargaban de antemano. Sacaba alrededor de 50 mangos por cada una. En eso, sale el padre del pibe y lo corre a los tiros. Le embocó dos en la espalda. Le perforó un pulmón. ¡Pobre Ramiro! No sabés cómo lo extraño. Era un amigazo. ¿A vos te parece que una playera sea más importante que la vida de mi amigo? ¿En qué cabeza podría caber algo así?
domingo, 20 de marzo de 2011
Una fuga dolorosa
Norma estaba sentada en el inodoro. Ecos se reproducian en su cabeza a una velocidad incalculable.
Ya no podía evitar pensar en su par de zapatos, los que le había regalado su Tio Jorge: significaban mucho para ella.
De pronto miró al Bidet, una y otra vez , y se lanzó hacia él, descontrolada, y en voz alta le decía:
- ¡Para lo único que servís es para tirar agua !
Nauralmente, el Bidet no le contestó nada ... Norma lo golpeó varias veces , terminó lastimada y en el hospital.
Dos días después, el joven médico, residente del nosocomio, no entendía absolutamente nada.
Miró a la enfermera y le dijo:
- Fijate como está de suero y ponéle si hace falta. Yo voy al baño.
Barbarita, la enfermera de aquél establecimiento, se pronunció hacia el médico:
- Che Picucho, el bidet está roto ( Pichucho era el seudónimo del joven médico, su nombre es Roberto F. P. )
Quince minutos después de finalizada la guardia, Roberto y Barbarita se fueron juntos a comer unos tacos y a tomar unos vasitos de Tequila al Bar de Johnny .
Publicado por Cristian "por-qué-no-te-hacés-una-cuenta-y-subís-directo" Piquillín
martes, 15 de marzo de 2011
En el quinientos seis y en el dos mil también
- ¿Y éste quién se cree que es? ¿El presidente del mundo?
- ES el presi del mundo, vos que te pensás... ¿le falta mucho a eso? le contestó Héctor, su marido.
- Le falta un rato, hacete unos mates viejo... (pensativa mientras revuelve, busca las palabras para expresar su idea)
- ...sabés que pasa... me indigna... los yanquis y muchos giles pensaban que el muñeco éste iba a cambiar algo, pero no...
- En eso tenés razón mujer, es como comprar picada común o especial, te gastás un mango más pero a fin de cuentas es lo mismo.
- ¡No hay Yerba! (Maldice en voz alta)
- Me voy a lo de Mario a comprar.
Y salió por la puerta, silbando bajito, como quien no quiere la cosa, aquel tango de Discépolo.
lunes, 14 de marzo de 2011
El uno de oro, el otro sucio
sábado, 12 de marzo de 2011
Reivindicar la galopa
La tarde del 14 de febrero, Miguel "Tijerita" Ramirez, sentado en una mesa de un conocido Bar de la ciudad , comentó a su íntimo amigo el Caracol:
- Acá la solución no es salir de la droga sino cómo quedarse con ella, o séa ENTRAR ...
- No te entiendo tijerita ¿..? .
- Es simple, si no tenés Plata no podés comprar falopa, por eso te digo que si entrás es por que te drogás ... y salir es re sencillo , no comprás ... o no conseguis ..mirá que simple.
- Ahhhh !!!
Publicado por Cristian, alma mater de todo este asunto.
viernes, 4 de marzo de 2011
Burdel

La trampa ya está tendida. El jefe las mira desde lejos. Se pasó mucho tiempo pergeñando esta gran tela de araña de la cual nunca más las dejará salir. Las bailarinas se acercan danzando torpemente, como intentando disfrutar de aquello que tan feliz las hizo alguna vez.
Vienen de todos lados: algunas, de lugares vecinos; otras, de tierras un poco más alejadas. Todas fueron expulsadas de sus lugares de origen. Dieron en este lugar durante la búsqueda de una mejor vida (algún paraíso tal vez) o simplemente de un sitio donde poder subsistir de manera digna.
Es ahí donde él entra en juego. Se aprovecha de la situación de debilidad de sus presas, las confunde y las atrae a una muerte lenta, muy lenta. No todas ignoran lo que les espera. Pero de todos modos confluyen al llamado, pensando que al menos pasarán sus días viviendo de la alegría y el placer.
El problema es que en muy pocas ocasiones les pertenecerán a ellas (solamente cuando ocurra que algún muchacho apuesto las trate como personas); la mayoría de las veces será propiedad de los insectos que se les posen encima. Saciando su lujuria, alimentándose de su vitalidad y extrayéndole cada gramo de felicidad posible.
Esta especie de insecto, luego de la tarea cumplida, suele despedirse de ellas dejándoles uno o más papeles de colores -pequeñas cartas de amor- que deben compartir con el dueño del lugar. Es así como este personaje se adueña de gran parte del cariño recibido por cada una de sus bailarinas sin haber sido él el artífice del mismo en ningún momento.
Lord Sam Eduleo
Soporté la humillación en forma de estocada. Soporté la indecencia de las rumbas en caderas negras. Soporté los vientos con arena que lapidan mis ojos. Soporté las miradas de costado. Los caminos errados. Soporté los miedos infantiles en cuerpos de adultos. Soporté otras vidas anteriores que ni recuerdo. Soporté los latidos incesantes y urgidos. Soporte las mareas en altamar, sobre balsas precarias. Soporté pesadillas interminables. Soporté no soñar. Soporté la guerra, la paz, el cólera. Soporté morir picado por una araña. No soporté el dolor de muelas.
jueves, 3 de marzo de 2011
miércoles, 2 de marzo de 2011
El culto silencioso
Meditaciones por dentro, normalidad por fuera.
Ello le imprimió un sello perfecto, que ni el lacre más precioso podría jamás igualar: su carácter secreto.
lunes, 28 de febrero de 2011
Ingeniería secreta de un escritor que sin dudas no llegará a nada
Lo primero de todo es una idea, quizá una metáfora, lo cual va a constituir el argumento del cuento. Luego la escribo, por ejemplo:
Hay un tipo habla sólo cuando está solo; delante de otros, no. De modo que es mudo, porque uno es lo que la sociedad dicta. Hasta que un día se descubre que habla, por las arrugas de la cara o algo así. La idea es que lo interno sale a la luz de algún modo. Quizá una metáfora posible sea que nunca tira la basura pero algún día ella desborda y sale afuera.
Después, un día, cuando tengo tiempo, ganas y algo más, lo escribo de un tirón. Siguiendo el ejemplo, podría ser:
El hombre no hablaba. Sintetizaba la hermosura del universo, pero no hablaba.
Una orquídea, un pavo real, el olor a pasto recién cortado, a tierra mojada, nada significaban para él, pues no hablaba.
La gente empezó por admirar su condición, continuó por apenarse ante su imposibilidad de ser, y terminó por contemplarlo como quien observa una montaña, una nube, un campo sin arar.
Su quietud era inigualable, y su aspecto, ambiguo, como las arrugas de un bebé recién nacido.
Junto al lago, un viejo roble y la hija de Don Birgona, pasó a formar parte de las riquezas naturales más dignas de orgullo en todo el pueblo, aunque hacía ya un tiempo en que la riqueza, la dignidad y el orgullo no eran más que simples palabras.
En cuanto la gente notó que su carácter era semejante al de una piedra, al de una pelota, al de una flor, se lo nombró como a una cosa, o sea, de cualquier manera. No recuerdo la palabra que lo designaba; sé que a nadie se le ocurrió asignarle un nombre propio.
Como no hablaba, no podían hacerlo trabajar, así que lo utilizaban para atar sus bicicletas, para retratarlo. No faltaron quienes quisieron embellecerlo más, y le colgaban adornos; pero el viento, indómito, los arrancaba con eficacia.
Así las cosas, el hombre no hablaba. Algo natural, pues se trataba de un objeto, qué iba a decir, si de nada se daba cuenta, hasta que un día pestañeó, se acomodó la camisa, y dijo, con involuntaria solemnidad:
- Qué va a hacer, hermano. Es lo que hay.
Horrorizada, la gente corrió durante horas sin parar; luego, el silencio cayó como un trueno.
El pueblo fue abandonado. Ya no se supo más del hombre que habló; ni de él, ni de la hija de Don Birgona.
Esas palabras dejaron al lugar totalmente deshabitado; ellas y el tren que ya no volvió a pasar. Ahora sólo hay un roble; pero los robles, naturalmente, no hablan.
Por último, decido que aún no llegué a lo que quería expresar, y abandono el cuento en un cajón del que tal vez no saldrá más que para mudarse, con suerte, a un departamento mejor.